La escritura es un sistema de signos gráficos plasmados sobre un papel que representan algo. Se compone de palabras y éstas, a su vez, de letras.
Para la enseñanza del español a partir de las prácticas sociales del lenguaje, la escritura debe tener un propósito determinado mediante actividades socialmente relevantes para los alumnos, es decir el alumno a través de la escritura le debe permitir comunicarse con los demás.
Las prácticas sociales del lenguaje requieren múltiples oportunidades para
hacer contacto con otros, cada proyecto y cada competencia que se
desarrolla equivale a una habilidad que no se puede enseñar sin la práctica; se
aprende a hablar hablando, a escuchar escuchando, a leer leyendo
y a escribir escribiendo, con este fin, en el caso de primero y segundo grados
de primaria, se proponen las actividades para pensar en el sistema de
escritura para enriquecer la reflexión de los alumnos acerca de éste y que
entiendan el funcionamiento de las letras y que puedan emplearlas para leer y
escribir palabras.
Aprendizaje
Significativo
Ausubel
postula que el aprendizaje significativo implica una restauración activa de las
percepciones, ideas, conceptos y esquemas que el aprendiz posee en su estructura cognitiva.
El alumno es concebido como un procesador activo
de la información y
dice que el aprendizaje es sistemático y organizado ya que es muy complejo y no
simples asociaciones memorísticas.
La
importancia del aprendizaje significativo en el diseño de estrategias para
impartir lectura y escritura radica
en que este tipo de aprendizaje es flexible ya que las nuevas informaciones se
relacionan de modo no arbitrario y sustancial con lo que el alumno ya sabe y
una de las características de este aprendizaje es que toma en cuenta la motivación de
los factores afectivos en los alumnos para la comprensión y los esfuerzos que
requiere.
Los docentes deben utilizar una serie de recursos y métodos para tratar de captar la atención y el interés hacia el proceso de la adquisición de la lectura y la escritura.
Hay que recordar que en los primero años de escuela, la adquisición de conceptos y proposiciones se realiza por descubrimiento, para que exista un aprendizaje significativo debemos enseñar la lectura y escritura con temas que tengan sentido y relación utilizando un vocabulario de fácil comprensión y acorde a su nivel, ya que se ha descubierto que los niños aprenden a leer y escribir a medida que se encuentren y se interrelacionen con la lengua escrita, por lo tanto, su aprendizaje esta estrechamente vinculado a sus experiencias con lo escrito, así como, a la necesidad de hacer uso de la lectura y la escritura.
Hay que recordar que en los primero años de escuela, la adquisición de conceptos y proposiciones se realiza por descubrimiento, para que exista un aprendizaje significativo debemos enseñar la lectura y escritura con temas que tengan sentido y relación utilizando un vocabulario de fácil comprensión y acorde a su nivel, ya que se ha descubierto que los niños aprenden a leer y escribir a medida que se encuentren y se interrelacionen con la lengua escrita, por lo tanto, su aprendizaje esta estrechamente vinculado a sus experiencias con lo escrito, así como, a la necesidad de hacer uso de la lectura y la escritura.
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**Escribir requiere intensa actividad cognitiva en
situaciones de comunicación real.
La mejor estrategia para la enseñanza de la escritura es fomentar la lectura con ejercicios de profundización y comprensión de los textos leídos.
El alumno al leer o escuchar una lectura, deberá reconocer que todo texto tiene una finalidad, tienen una intención o un carácter comunicativo.
La mejor estrategia para la enseñanza de la escritura es fomentar la lectura con ejercicios de profundización y comprensión de los textos leídos.
El alumno al leer o escuchar una lectura, deberá reconocer que todo texto tiene una finalidad, tienen una intención o un carácter comunicativo.
Vigotsky (1979, p. 177) sostiene que “la
escritura debería poseer un cierto significado para los niños, debería
despertar en ellos una inquietud intrínseca y ser incorporada a una tarea
importante y básica para la vida». Por el contrario, de acuerdo a lo observado,
la escritura se enseña en el aula, muchas veces en el pizarrón, como una
habilidad motora que consiste en aprender a codificar palabras antes de pasar a
la escritura de oraciones descontextualizadas y de textos cortos. En tal
sentido, las prácticas de la mayoría de las situaciones analizadas no
despiertan la necesidad de leer y escribir en los niños, sino que los llevan a
la apropiación fragmentaria y arbitraria del código, sin que se favorezca una
relación con verdaderos portadores de la cultura escrita; así, los alumnos no
logran comprender de qué se trata leer y escribir como prácticas culturales
complejas.
Algunas actividades que pueden implementar en el salón son
las siguientes:
- Lectura y escritura del nombre propio y de los nombres de los compañeros.
- Lectura de las actividades de la rutina diaria.
- Alfabeto móvil: formar palabras con letras justas.
- Sobres con palabras que se han trabajado durante uno o varios proyectos.
- Tarjetas con palabras para formar enunciados.
- Juegos de mesa para anticipar lo que está escrito: memorama, oca, lince, lotería.
- Juegos para completar y anticipar la escritura de palabras: ahorcados, crucigramas, sopa de letras.
- Fábrica de palabras: cartones con letras fijas y ventanas. Detrás de las ventanas se colocan tiras con letras que suben y bajan para formar palabras.